happy b-day

Hace 4 días se cumplieron 3 meses de haber abierto este blog (he durado más con éste que con antiguos noviazgos, jeje). No le di su merecido festejo. Tantos comentarios, tantas ideas y quejas con el paso de los días. Mi mente se ha abierto (tal vez cerrado) enormemente. El caso es que muchos de mis ideales y creencias se han ido por un tubo (en el transcurso de 3 meses). En estos momentos (y en muchos otros) he sentido que este sitio apesta y no tengo madera de escritora. He escrito demasiadas estupideces y niñerías. Y en múltiples ocasiones he estado al borde del colapso nervioso y a punto de borrar este deprimente blog. No puedo por que soy cobarde.

Eeeeeeeen fin. Vengo a esto por que también se festeja el 18 aniversario del nacimiento de Toño (pasado 7 de Junio). Y como carezco de recursos no podré darle un regalo como Dios manda (Toñini, espera a que tenga pinturas y lienzo [o cartón, jeje] para poder pintarte algo), así que escribiré un poco sobre el, para conmemorar nuestra alegría de tenerlo con nosotros (bullshit!!).

En nuestra infancia, cuando Toño nos visitaba (con sus padres), usualmente lo encontrabas de muy mal humor (y nosotros tan emocionados de verlo), así que para convencerlo de que jugara con nosotros, teníamos que darle la tentativa invitación de jugar a Robin Hood con el. Enseguida su gesto cambiaba y aceptaba la suculenta invitación (no era muy difícil convencerlo)

Cuando se hacían intercambios de chamacos entre familiares (quizá por que nuestros tutores estaban cansados de nosotros, no por que nosotros quisiéramos), Toño siempre venía con su Nintendo (objeto enormemente codiciado en esa época) y mi hermano lo agandayaba rápidamente, no importándole si sus hermanas o su primo (el dueño del nintendo) quisieran jugar también. El diálogo siempre era el mismo:

-Quiero jugaaa - aaaar!- reclamaba Toño.
-vete a jugar con mis G.I.JOE´s!!!- el gandaya siempre respondía.
-Noooo - oooooo! Ya me quiero iiiiii - iiiiiir!!
-No toñito! Quédate! Ahorita te deja jugar- respondíamos nosotras con preocupación.

Entonces Toño corría al teléfono para hablarle a su papá. En vano lo hacía por que en realidad no tenía la menor idea de cómo marcar a su casa. Carlos el mequetrefe sabía eso y por lo tanto no paraba sus abusos para con mi primo.

Esta escena siempre se repetía en nuestros primeros recuerdos de la infancia.

Añillos después, Toño ya no se dejaba de los abusos de mi hermano y era más llevado con el. Solían golpearse mutuamente (de esta ultima palabra no estoy muy segura. Carlos era el de la ventaja y Toño el costal de arena). Graciosamente, a Toño le mataba de risa la paliza que le daban. Y era todo un cómico. (Sueles pensar que viene en un paquete-Todo incluido: voces, chistes, gestos, movimientos, bailes y sonidos diversos, para todo tipo de evento y ocasión!!!)

Después de dorados momentos de infancia, das la vuelta a la esquina y te das cuenta que Toño ahora es un gorilón enorme que si te dá un golpe te manda a la tumba. Un abusivo de la fregada, tan tacaño y egoísta como El tío rico McPato. Ha crecido! Ya no es un niño! Hasta maneja su propio auto (en realidad de sus padres).

Las personas cambiamos exageradamente, todos y en todos los aspectos (excepto mi voz). Pero Toño sigue siendo tan bromista y payaso como lo fue en su infancia (y muy posiblemente en sus vidas pasadas). Y su peluchosa y cute forma de ser tampoco a cambiado (acéptalo, toñini).

Ea! Toñini! Ea! Feliz cumpleaños a mi primito querido!