þriðjudagur, desember 28, 2004

las historias navideñas que cambian la historia

En algún año de la década de los 60s... alguna pequeña fabrica que hacia brochecitos baratos hizo uno especialmente bello color rojo con florecitas amarillitas, casi doradas.
Pasó por muchas cabezas, muchas vidas. Muchas mujeres con gustos y niveles socioeconómicos diferentes. Talvez pasó por tantas dichas y desgracias. Tantos amores y desamores. Tantas risas y llantos. Tantos cajones, alajeros y tocadores.

Algún domingo (talvez o no el 5) del mes de diciembre del año 2004 llegó a mis manos.
Y lo quise tanto! Y vivió felizmente en mi cabello por espacio de casi un mes. Me daba alegrías, me hacia ver bonita, me recogía un poco el cabello, me sacaba de apuros. Era MI broche. Y nunca habría uno como el.

Sabado 25 de Diciembre a las noche-cientas horas.- guauu! Vimos Los Increíbles! Que fantastica película! Yo estaba emocionada! Muy feliz. Quería volar y tener poderes como Elastigirl. La pantalla se tiñe de negro, los créditos aparecen y es hora que todos se levanten de sus asientos y se vayan a sus casas como si la emoción nunca hubiera pasado. Así que me levanté y me salí de la fila de butacas donde me había sentado.
Espera! Que fue eso? En mi cabeza! Lo sentí! Algo cayó!–me paso los dedos entre el cabello- Mi broche! Mi broche, donde esta!
Esperé a que las personas pasaran para poder entrar de nuevo a la fila para buscarlo. La gentil mujer que trabaja en el Cinépolis (peón, diría Carlos) me ayudó a buscar. Buscamos entre asiento y asiento. Entre fila y fila. Debajo de cada una de las butacas. Sencillamente era como si hubiera desaparecido. O como nunca hubiera existido.
Así que me resigne y me fui. Al llegar a mi casa le lloré un poquito en el hombro a mi papa y me fui a mi cuarto. Hasta soñé que Lucy me lo entregaba diciendo que lo había dejado en su casa.

Ahorita… creo que se quiso quedar. Es decir… estoy segura que le gustó tanto la película que se quiso quedar para siempre en la sala para verla todos los días de cartelera. De hecho, si lo razonas bien, tenia los mismos colores de la imagen de publicidad de la película: rojo y amarillo (rojo dominante). Yo digo que se identificó y prefirió –después de una linda experiencia en mi cabeza y en mi bolsita- simplemente quedarse en la sala.
Quizás sueñe con prender del cabello de Elastigirl o de Violeta.
Quizás se recueste en los pasillos para ver la película.
Quizás se coma una que otra palomita que caiga al piso.
Quizás se suba a la cabeza de alguna señora de grande melena para ver mejor la película y espere a que alguien de atrás le tire palomitas a la señora por tener el cabello tan abultado que no deje ver a los demás espectadores y así las palomas queden atrapadas en su cabello y el broche se los devore.
Quizás no este llevando una mala vida después de todo.

La pregunta es…. Que será de mi querido broche cuando la película salga de cartelera??? Allí es cuando me preocupo.

Espero que regrese a mi.

Lo espero con ansias.

Buenas noches.

1 ummæli:

Ulises sagði...

ooohh, jajajaja me gusta tu manera de escribir,
Espero que el broche regrese a tí cuando la película termine con su temporada, y sí "Los Increíbles" es una gran película, je.