mánudagur, maí 17, 2004

la muerte me persigue. yo le sonrio

por cierto tema que no relataré por temor a que me juzguen rotunda e injustamente y me quemen en una hoguera o/y me amarren a un árbol cubierta de miel sobre un hormiguero y bajo el ardiente sol de mayo o/y se esperen unos meses y me amarren a otro (o el mismo) árbol, alejada de toda civilización en el frío y duro invierno (lo cual sería un premio).... en fin.. por cierto tema que abordamos mi hermano y yo y que no habré de revelar, nos recibió la mañana del sábado 15 de mayo con una ola de infortunios que me harán reír por el resto de mis días:

Íbamos trepados en el señor Chevy Cara de Lata, navegando por garza sada para recoger cierta cámara rentada para un proyecto, cuando el señor conductor (en este caso mi hermefe que en ese momento era solo mi hermano) frenó instintivamente por un camión que se paró delante de nosotros. En ese momento llegó un automóvil hecho bala por la curva, que frenando se dio tales giros que le arremetió un gran golpazo al automóvil que estaba precisamente atrás de nosotros, causando que los dos cochecillos se separaran como bolas de billar. Lo vimos todo, como de película, con asientos de primera clase, en el palco, en la fila más cara... lo vimos, no comprendimos, y cuando llegamos a nuestro destino (que estaba cerca de la escena del crimen) nos carcajeamos de los nervios. Y mi sabio hermanito dijo: quizá la muerte no nos deje en paz durante el día….

Horillas después, íbamos trepados en el transporte de mis sueños: una blanca, preciosa, deliciosa, esplendorosa y espaciosa Van, en la que nos paseábamos, Carlitos, el dolly, las guías, la XL1, otro estudiante y yo. Íbamos en la carretera hacia Cadereyta a toda velocidad (o al menos la reglamentada), acompañados por una fila de autos manejados por los demás integrantes del equipo, el profesor y su familia, cuando de repente se revienta un neumático. Nos bajamos a checar y vimos a la pobre llanta desgarrada. No describiré como se solucionó el problema ya que es muy tedioso. En fin, se solucionó (despues de unas 3 horas), así que proseguimos con nuestro viaje hasta llegar a un río, donde se filmaría una de las escenas del proyecto. Los pequeños infantes que serian protagonistas se metieron al río, listos para actuar. Sorpresivamente, dos chamacas se empezaron a poner nerviosas y a desesperar... un remolino (acuático, jeje) las jaló, causando que la corriente se las empezara a llevar. Las niñas empezaron a gritar y el padre de aquellas y el profesor (su tío) se metieron a rescatarlas… aunque el remolino se los empezó a llevar a ellos también. Al final, gracias Dios, todos salieron ilesos y en contradicción a nuestras expectativas, los niños se sobrepusieron y aceptaron seguir con la filmación.

Después, muchas horas después, bien entrada la noche, nosotros habíamos acabado con la “filmación” y ya estábamos en ciudad conocida. Acabábamos mi hermano y yo de regresar mi pequeña Van con todo y su equipo y proseguíamos nuestro camino a casa en el sr. C. Cara de Lata, cuando, como broche de oro para cerrar la odisea de tragedias, el pobre auto se descompone en medio de la curva de Gonzalitos (donde la Diana Cazadora) y solo nos dio chance de orillarnos. So.. mi hermano se baja para checar el problema, y no pasaron ni cinco minutos cuando, como un ángel por mandato de Dios, llega una camioneta de Auxilio Mecánico (de esos del municipio, que ayudan en situaciones como la nuestra y que nunca, pero nunca vez). Resulta que el señor iba solo pasando por allí y fue una suerte que nos lo topáramos. Así que nos empujó con su camionetona a un lugar más seguro para que esperáramos allí a una grúa. Llamamos a una grúa, el ángel verde se fue y nosotros nos quedamos allí, parados como tontos, en la espera del “gruísta”… así que, aprovechamos que a lado de nosotros hubiera un Pizza Hut, pedimos una pizza, la engullimos y digerimos sentados en el vacío estacionamiento de un local de cocinas italianas. Mientras meditábamos sobre los extraños y bizarros acontecimientos del día seguí con el tema tabú de la mañana… mi hermano me pidió de favor que jamás vuelva a mencionar a ese tema ya que, según el, todo lo sucedido fue un castigo de Dios. Mejor me callé y me atraganté de pizza.


En resumen:

Corre por un maizal, te lo recomiendo. Es de lo más divertido!

No comas pizza del Pizza Hut. Son un asco.

Persígnate 20 veces todas las mañanas, y da 5 vueltas de rodillas a la iglesia antes de realizar tus labores diarias.

Hazle caso a tu hermano (si lo tienes. si no, estás perdido)

p.d. para acabarla… mi hermano olvidó su celular en la grúa.

Engin ummæli: