þriðjudagur, maí 11, 2004

eighteen r not enough

18 años de haber sido concebida y residido en la ciudad de monterrey y todavía no me adapto a su maldito horno gigante que me acecha todas las tardes cuando camino cansada hacia o de la Facu: el sol!!!! Odio al sol! Lo desprecio, lo aborrezco. No me he acostumbrado a el. Es más, cada año que pasa lo odio más y más y mas y mas y masmasmasmmasmmasmmasmlkajsdljfk!!!!!!!!

Puedo escuchar su maldita risa macabra!!!! por que se burla!! Se burla de miiii! Sabe que lo sé! Sabe que yo sé que es vital para nosotros y si no esta allí quemando mi cabeza, nuca, cuello, hombros y espalda cada año, moriré, moriremos todos! Y no le puedo hacer nada!! Quiero chillar! Quiero patalear! Quiero hacer berrinche!!!

No me explico como hay gente bizarra que se acuesta en la azotea de su casa para asolearse, que viaja 5 o 7 horas en carretera (una carretera amenazada por el SOL!!) para escaparse a las asquerosas playas atiborradas de gente con sus asquerosas cumbias a todo volumen, las asquerosas playas con agua asquerosamente salada, con asquerosa arena que se te mete por todos lados, con el asqueroso sol dándote directo en todos los lugares recónditos de tu cuerpo. Y esos viajes de suplicio y humillación los llaman vacaciones! Con el mugroso sol como anfitrión. Como lo aborrezco, como lo detesto, como lo desprecio.

Mi consuelo es su antitesis. La señora luna. Señora luna que me guía cada mes, que me sonríe cada mes, orienta cada mes. La quiero! La quiero tanto! Me ha acompañado cada noche de alegría, y melancolía. Es tan fresca, húmeda, divertida. La quiero! La quiero! Le quiero dar un beso! Le quiero dar un abrazo! Quiero darle la mano y viajar juntas por el espacio!

No debería vivir aquí.


Por favor, déme un boleto a la luna. no, solo de ida. si, junto a la ventana. Gracias.